- Escrito por Edwin Umaña Peña
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Borges, incesto, soledad y purificación por el fuego en "Sobre héroes y tumbas" de Ernesto Sábato
La lectura de la novela "Sobre héroes y tumbas" (1961) de Ernesto Sábato como una novela de aprendizaje, bildungsroman, lleva al reconocimiento del camino de transformación que emprende el personaje principal, Martín. En el artículo anterior ("Sobre héroes y tumbas" como novela de aprendizaje: ¿el camino hacia el "hombre nuevo"?) se indicaba que ese camino de transformación tenía como primera etapa la fuerte vivencia interior del amor y el conocimiento de la historia. En la novela esto se aprecia en el primer capítulo, "El Dragón y la Princesa". A partir del siguiente, "Los rostros invisibles", la novela toma un nuevo rumbo y Martín emprende la siguiente etapa, la más dolorosa.
La bildungsroman de Sábato: soledad y experiencia social
Los rostros invisibles del segundo capítulo corresponden a los rostros de la sociedad burguesa argentina, retratada por Sábato sin eufemismos. Son rostros que revelan el individualismo, el egoísmo y la ambición, cuya expresión patética se representa en Bordenave y Molinari. La vivencia de esta experiencia social va a ser complicada para Martín.
Esta vivencia va a ser la que conducirá a Martín a su descenso. El orden social revela al mismo tiempo la turbia realidad que vive Alejandra como descendiente de una antigua aristocracia, ahora en decadencia. Alejandra odia el círculo social que le tocó vivir. El contrapunto que da paso a la reflexión lo constituye las conversaciones de Martín con Bruno. Más adelante, en el último capítulo, se revelará al lector la experiencia de Bruno, una vivencia de la misma naturaleza que la experiencia de Martín. Bruno llega a ser, entonces, un primer acercamiento a ese hombre nuevo que termina siendo Martín y de cierta forma termina siendo su mentor.
Como metáfora de descenso y experiencia desgarradora, la ciudad que empieza a reconocer Martín, la Buenos Aires burguesa se transforma en una Babilonia que va a retumbar en su cabeza cuando, ahora solo, recorre las calles. Esto es evidente en el recorrido que hace al final del cuarto capítulo, Un dios desconocido".
Se produce, entonces, el paso de una experiencia compartida, y aprendida de Alejandra, en la primera parte, a una experiencia de soledad en la que Martín mismo, de la mano de las reflexiones que surgen en las conversaciones con Bruno, va a tener que hacer un acercamiento a la realidad. Así, mientras tiene la oportunidad de conocer el mundo de la burguesía de Buenos Aires, está al mismo tiempo, en la casa donde vive, en contacto con la clase obrera argentina, donde las raíces de la identidad se encuentran más arraigadas y aún no están tamizadas por la frivolidad y el individualismo burgués.
Contrapunto entre la burguesía y la clase obrera
De esta forma se produce un contrapunto entre el mundo burgués de Buenos Aires y la clase obrera argentina, en el que sobresalen dos personajes contemporáneos de Martín: Quique, en el mundo burgués, y Tito en la clase obrera. Martín experimenta, al mismo tiempo, la individualidad burguesa y la vivencia de comunidad proletaria. Ahora que está sin Alejandra, es Bruno, desde su condición de intelectual, quien va a ejercer la función de guía en esta nueva etapa de formación.
Borges como personaje de ficción de Sábato
Además de conocer el pasado argentino, el proceso de aprendizaje de Martin también pasa por reconocer la tradición intelectual de aquel momento. Los años cincuenta fue una época de cambio social e ideológico en el mundo entero, los vientos de renovación se sentían tanto a nivel de pensamiento, con la consolidación del feminismo o el nacimiento de movimientos contra la guerra, como a nivel estético, con visiones renovadores de la literatura como la de Jorge Luis Borges.
El encuentro que Martín tiene con Borges en la novela simboliza la presencia de esos vientos de cambio, de esas nuevas formas estéticas que surgían en aquel momento en el pensamiento, el intelecto y la cultura. En esta nueva etapa de formación Martín adquiere el conocimiento de la tradición literaria mundial, latinoamericana y argentina. Shakespeare, Faulkner, Hernández, Quiroga, Roberto Arlt y Borges, surgen para formar parte de un universo cultural que se va abrir ante Martín por primera vez. En esta nueva etapa de formación del hombre nuevo, la tradición cultural va a portar elementos que van a enriquecer la apreciación de esa realidad urbana que vive Martín.
La presencia de la cultura contemporánea va a permitir, al mismo tiempo, el diálogo entre la historia y la realidad de aquel momento, un diálogo en el que interviene la diversidad de toda la sociedad argentina. Este diálogo parece imposible en el mundo cultural burgués, lo que explica el silencio y la actitud alejada de Alejandra cuando se encuentra en presencia de sus compañeros de trabajo.
Sábato, como autor, parece exponer ante Martín todas las herramientas necesarias para soportar la dura prueba que esta a punto de vivir: el descubrimiento del rostro invisible de Alejandra. El lado oscuro de Alejandra va a aparecer y a propiciar el alejamiento de los dos chicos.
Buenos Aires incendiado el día de la caída de Perón,
el 19 de septiembre de 1955, cuando Alejandra Vidal se suicidó.
Última etapa: la purificación por el fuego
La tercera etapa en la formación del hombre nuevo es de carácter metafísico, de trascendencia absoluta. El título del último capítulo de la novela, donde reaparece Martín, es elocuente: "Un Dios desconocido". Aquí desaparecen los referentes que acompañaban a Martín en su búsqueda: el amor y Alejandra. Ahora se desata la crisis que lo llevará a cuestionar su propio destino y formularse la pregunta sobre la existencia.
En esta etapa deberá aplicar lo aprendido en el proceso de formación. La crisis se desata luego de la muerte de Alejandra, cuando descubre que ella se prostituía. En Martín se genera un conflicto interior en el que se produce el choque con el orden social degradado que, en la historia argentina, también entra en crisis con la caída de Perón.
En un sentido amplio, el drama individual de Martín adquiere un carácter ontológico, en un sentido más reducido, el drama de Martín se vincula con la formación interior del sujeto. La metáfora que emplea el autor cobra vital importancia. La autoinmolación por el fuego, que realiza Alejandra luego de cometer incesto con su padre, el 19 de septiembre de 1995, día de la caída de Perón, adquiere múltiples significados que complementan la polifonía de la novela. Por un lado, alude a la tradición medieval, presente en el primer capítulo, de expiación de las culpas por los tratos con los demonios. La imagen de la princesa custodiada por el dragón adquiere un nuevo significado con la relación particular de Alejandra con Fernando.
Por otro lado, la purificación por el fuego también representa una forma de expiación de su culpa individual, como prostituta de la burguesía, como parte de ese mundo cultural burgués putrefacto de rostros invisibles, cuyas cloacas recorre su padre en el tercer capítulo. Por último, su sacrificio simboliza el sacrificio de la decadente aristocracia argentina, que se prostituyó a la decadente burguesía.
El renacimiento en el retorno a los orígenes en la Tierra del Fuego
El fuego que purifica a Martín es el fuego que causa su dolor cuando deambula, como un sonámbulo, por la ciudad incendiada. El drama de Martín es el de la sociedad que también se derrumba. El renacimiento, entonces, estará en el retorno a los orígenes, a esa cultura popular argentina del "nuevo gaucho" que se simboliza en Bucich.
Para Martín, la purificación por el fuego de Alejandra señala su propio destino: el camino hacia el sur, hacia la Tierra del Fuego. Allí, el cielo transparente completará su reconciliación con la vida, luego de que Hortensia Paz le mostrara la esperanza como elemento fundamental de la dimensión humana para enfrentar las dificultades. En esa dimensión humana se produce el encuentro de todo lo aprendido en su proceso de formación, de la formación del hombre nuevo, que no se evidencia en los enormes edificios construidos en la ciudad, sino en el detalle de las relaciones humanas y de la capacidad de amor, entrega, desinterés, compasión y sensibilidad, que se simboliza en la limpieza interior que Martín experimenta mientras orina ante el cielo abierto de la pampa, al final de la novela.
Elegía del hombre nuevo
Sacrificio, coraje, compasión y amor, el "hombre nuevo" del "Che Guevara" ya se anunciaba en Martín. Estas palabras escritas por Guevara parecen ser pronunciadas por un Martín adulto:
No se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuántas veces por año pueda ir alguien a pasearse por la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad. Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el Hombre Nuevo que se vislumbra en el horizonte. (Ernesto Che Guevara, Escritos y discursos, Tomo 8, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977. P. 156)
Un "hombre nuevo" que no ha podido ser plenamente, pero que está vigente como una opción para buscar lo bello y lo auténtico de la vida. "Sobre héroes y tumbas" es una novela que ha dejado profundas huellas en generaciones de lectores en el mundo entero, ha inspirado a artistas de todas las artes. Como muestra de esto, a continuación podrán apreciar el tango "Introducción a sobre héroes y tumbas" de Astor Piazzola.
Edwin Umaña Peña
Escritor, guionista y docente universitario.
Autor del libro de cuentos "Amor Sexo Decepción" (2021) y de la novela "La conspiración de los farsantes" (2017).